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De la misma forma, la presencia musulmana fechada a partir del año
711, es también escasa, aunque visible a través de los
abundantes topónimos de este origen que todavía encontramos en
el pueblo, Arrehondo, Arremoro, Cuna del Moro, Gaznata,
Alberche, Nava y Valmoro.
Es sobre todo a partir del año 1086, y
una vez concluida por el rey Alfonso VI y su yerno D. Raimundo
de Borgoña, la repoblación de los núcleos más importantes,
cuando el Concejo de Ávila inicia esta tarea repobladora,
surgiendo El Barraco como aldea dependiente de esta ciudad.
Alrededor de ella van surgiendo también otras aldeas con
funciones defensivas del alfoz de la propia ciudad amurallada y
sus accesos, tales como Avellaneda, Navalpuerco, Navalmulo,
Navacarros, Murueco, Guijuelo, El Egido, La Torre de la Gaznata,
también conocida como “La Torrecilla”, y el Buro de la Puente.
Que paulatinamente fueron convirtiéndose en despoblados, y cuyos
territorios fueron el origen del extenso término municipal de
este pueblo.
La primera noticia escrita que conocemos sobre El Barraco es de 1180 (Ángel Barrios García – Conquista y Repoblación). La conquista por las milicias concejíles abulenses y salmantinas de la plaza fuerte de Albalat, a orillas del Tajo, permitirá también la consolidación de algunas de estas primeras repoblaciones “...lo demuestra la existencia hacia 1180...del Berraco...”.
La total subordinación ante el Concejo de Ávila, hace surgir con
el paso del tiempo entre los habitantes de El Barraco, y también
en las demás aldeas, un profundo sentimiento de lucha por su
independencia administrativa. Tras largos y continuados años de
disputa, fue reconocido como entidad jurídica por el propio
Concejo de la ciudad, reunido en la iglesia de San Juan, con el
nombre de Berraco, el miércoles 22 de mayo de 1304.
Por
virtud de cuya orden Fortún Velázquez, alcalde por el rey en
Ávila, tomó a cuatro caballeros de la ciudad para que diesen
heredamientos de los egidos del concejo. Señalándose el término
jurisdiccional al pueblo, por los mandatarios, Albar Muñoz
Recio, Juan Muñoz y Sancho Velasco, el 15 de abril de 1307.
Un
privilegio del rey Fernando IV, fechado en la ciudad de
Valladolid el día 4 de abril de 1309 (aunque la cronología
hispánica le sitúe en 1.347), fue el que sin duda alguna, cambió
por completo la historia de El Barraco. Ya que a partir de ese
momento fue reconocido como Lugar de Ávila, pero con un elevado
grado de independencia administrativa y judicial de esta ciudad,
y también se le reconocieron expresamente sus términos y ejidos.
Después este privilegio fue confirmado sucesivamente por los
reyes Alfonso XI, Pedro I, Enrique IV y en último lugar por los
Reyes Católicos, el 20 de junio de 1482 en Córdoba.
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